FALSIMEDIA

Repsol “Por un mundo mejor” y Endesa “Hacia una nueva conciencia”

Estos dos anuncios son el colmo del cinismo. Las estrategias de Bernays, el padre de la manipulación, llevadas al extremo último, a la ofensa a la inteligencia humana, al absurdo. Ambos casos, que parecen coordinados y construidos por la misma estrategia de marketing, podrían pasar por la metáfora del par de amiguetes gamberros que se cuelan en la fiesta de disfraces con el atuendo más grotesco jamás concebido: el del soldado nazi disfrazado de antiglobalización que abraza al pirómano vestido de ecologista hippie. La utilización de niños rebeldes que increpan a sus mayores por ¿Un mundo mejor? ¿Un planeta menos contaminado para los hijos de tus hijos? Es particularmente perversa. Un dibujo de la tierra pintada con tonos infantiles y acurrucada por manos humanas… usado de esta manera, es un recurso vomitivo.

Bernays ideó la creación de organizaciones o empresas encargadas de limpiar la imagen de corporaciones como éstas. Hoy siguen dedicándose a inventar estadísticas y esgrimen argumentos “científicos” a la medida de las multinacionales que les pagan por ello. Sin embargo, semejante publicidad en boca del matón de turno es obscena y, de funcionar, demostraría que las reformas educativas han logrado, al fin, aumentar la estupidez humana hasta cotas desconocidas.

Citaremos un par de travesuras de estas empresas delincuentes, para hacer la máscara más extravagante si cabe.

Repsol ha sido acusada recientemente de vertidos en Ecuador. Ni siquiera se ha personado en el juicio. Se pagan los gastos o la ínfima multa prevista por la legislación del país que se explota, por daños inflingidos al ecosistema ecuatoriano, y a otra cosa. Endesa acostumbra a comprar eléctricas pequeñas después de la privatización del sector. De esta manera llega a conseguir el monopolio del suministro eléctrico en ciertos países. Una vez obtenido, ha llegado a doblar el coste de la factura de la luz a los indefensos ciudadanos. A los que no pagan, se les corta y punto.

El cinismo está de moda en la política y en los medios.