Desenmascarando al Cuarto Poder

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29-10-2008

Manipulación monopolística de los medios

michaelparenti.org

Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens

En una “democracia” capitalista como EE.UU., los medios noticiosos corporativos reflejan fielmente la ideología de la clase dominante tanto en su información como en sus comentarios. Al mismo tiempo, esos medios dejan la impresión de que son libres e independientes, capaces de una cobertura equilibrada y de comentarios objetivos. El cómo logran esos objetivos aparentemente contradictorios pero legitimadores, es un asunto digno de estudio. Hay personalidades en la industria de los medios que afirman que ocurren inexactitudes ocasionales en la cobertura noticiosa debido a errores inocentes y problemas cotidianos de producción como ser presiones por plazos de entrega, limitaciones presupuestarias, y la dificultad de reducir una historia compleja a un informe conciso. Además, ningún sistema de comunicación puede esperar que pueda informar sobre todo, de ahí que se requiere selectividad.

Sin duda, existen presiones y problemas semejantes y se cometen errores honestos, ¿pero explican realmente el rendimiento general de los medios? Es verdad que la prensa debe ser selectiva, ¿pero qué principio de selectividad está involucrado? Yo diría que usualmente el sesgo de los medios no ocurre al azar: más bien se mueve en direcciones más o menos coherentes, favoreciendo a la dirección por sobre la mano de obra, a las corporaciones por sobre los críticos de las corporaciones, a blancos pudientes por sobre minorías con bajos ingresos, al oficialismo por sobre los manifestantes, al monopolio bipartidista por sobre terceras partes izquierdistas, a la privatización y las “reformas” de libre mercado sobre el desarrollo del sector público, a la dominación del Tercer Mundo por EE.UU. por sobre el cambio social revolucionario o populista, y a los comentaristas y columnistas conservadores por sobre los progresistas o radicales.

Supresión por omisión

Algunos críticos se quejan de que la prensa es sensacionalista e invasiva. De hecho, más a menudo es sigilosa y evasiva. Más insidiosa que la exageración sensacionalista es la evasión artera. Historias verdaderamente sensacionales (contrariamente a sensacionalistas) son minimizadas o categóricamente evitadas. Algunas veces la supresión incluye no sólo detalles vitales sino toda la historia en sí, incluso algunas de gran importancia. Informes que pudieran dar una impresión negativa sobre el Estado de seguridad nacional son las que menos probabilidades tienen de ver la luz del día. Por lo tanto, nos hablan de la represión política perpetrada por gobiernos oficialmente denominados como “canallas,” pero la información sobre el asesinato brutal y la tortura practicados por las fuerzas sustitutas patrocinadas por EE.UU. en el Tercer Mundo, y otros crímenes cometidos por el Estado de seguridad nacional de EE.UU. no obtienen acceso a la información del público, y son suprimidas con una consecuencia que sería llamada “totalitaria” si ocurriera en algunos otros países.

Los medios minimizan historias de una magnitud trascendental. En 1965, los militares indonesios – asesorados, equipados, entrenados, y financiados por los militares de EE.UU. y la CIA – derrocaron al presidente Achmed Sukarno y erradicaron al Partido Comunista Indonesia y a sus aliados, asesinando a medio millón de personas (algunos cálculos llegan a un millón) en lo que constituyó el mayor acto de asesinato político masivo desde el Holocausto nazi. Los generales también destruyeron cientos de clínicas, bibliotecas, escuelas, y centros comunitarios que habían sido establecidos por los comunistas. Era una historia sensacional, como la que más, pero necesitó tres meses antes de que recibiera una mención pasajera en la revista Time y otro mes antes de que se informara al respecto en el New York Times (5 de abril de 1966), acompañada de un editorial que realmente elogiaba a los militares indonesios por “realizar correctamente su parte con extremo cuidado.”

Durante cuarenta años, la CIA se involucró con narcotraficantes en Italia, Francia, Córcega, Indochina, Afganistán, Centro y Sudamérica. Gran parte de esa actividad fue objeto de amplia investigación del Congreso – por el comité del senador Church y el comité del congresista Pike en los años setenta, y el comité del senador Kerry a fines de los años ochenta. Pero los medios capitalistas corporativos parecen no haberse enterado.

Atacar y destruir el objetivo

Cuando resulta que la omisión es un medio insuficiente de censura y una historia comienza de alguna manera a llegar a un público más amplio, la prensa pasa de la evasión artera al ataque frontal a fin de desacreditar la historia. En agosto de 1996, el San Jose Mercury News, basándose en una investigación de un año de duración, publicó una serie detallada sobre los embarques de crack de la CIA y la Contra que estaban inundando el este de Los Ángeles.

Como era de esperar, la mayoría de los principales medios ignoró el tema. Pero la serie del Mercury News detectada por algunos periódicos locales y regionales, fue pasada rápidamente al mundo por documentos y atestaciones pertinentes copiosamente suplementadas que apoyaban las acusaciones contra la CIA. Comunidades urbanas afro-estadounidenses afligidas por la epidemia del crack, protestaron y quisieron saber más. Se hizo difícil ignorar la historia. Por lo tanto, los medios dominantes iniciaron un ataque total. Una andanada de virulentos ataques en el Washington Post y en el New York Times, en las redes de televisión y en PBS [televisión pública] nos aseguraron que no existía evidencia de la participación de la CIA, que la serie de Mercury News era “mal periodismo,” y que su periodista investigativo Gary Webb contaba irresponsablemente con la credulidad del público y la manía conspirativa. Mediante un proceso de implacables ataques y una mendacidad desvergonzada, los medios dominantes exoneraron a la CIA de toda participación en el narcotráfico.

Uso arbitrario de etiquetas

Como todos los propagandistas, la gente de los medios dominantes trata de conformar de antemano nuestra percepción de un sujeto con una etiqueta positiva o negativa. Algunas positivas son: “estabilidad,” “el firme liderazgo del presidente,” “una enérgica defensa,” y “una economía sana.” Por cierto, no hay muchos estadounidenses que quisieran inestabilidad, un bamboleante liderazgo presidencial, una” defensa débil”, y “una economía enferma." La etiqueta define el tema sin tener que encarar los verdaderos detalles que podrían conducirnos a una conclusión diferente.

Algunas etiquetas negativas comunes son: “guerrillas izquierdistas,” “terroristas islámicos,” “teorías conspirativas,” “pandillas urbanas,” y “disturbios civiles.” Estas, también, son tratadas rara vez dentro de un contexto mayor de relaciones y problemas sociales. La propia prensa es etiquetada de forma superficial y falsa como “medios liberales” por los cientos de columnistas, comentaristas, y presentadores de talk-shows conservadores que abarrotan el universo de las comunicaciones, mientras afirman que son excluidos de éste. Algunas de las etiquetas que nunca veremos son “poder de clase,” “lucha de clases,” e “imperialismo de EE.UU.”

Un nuevo favorito entre las etiquetas engañadoras es “reforma,” cuyo significado es invertido, y es aplicado a toda política dedicada a deshacer las reformas que han sido logradas después de décadas de lucha popular. Así, por ejemplo, la destrucción de los programas de ayuda a la familia es etiquetada “reforma de la asistencia,” Reformas” en Europa Oriental, y más recientemente en Yugoslavia, han significado el empobrecimiento despiadado de antiguos países comunistas, el desmantelamiento de lo que quedaba de la economía pública, su desindustrialización y expropiación a precios de remate por una clase de inversionistas corporativos, junto con masivos despidos, drásticos recortes en la asistencia pública y los servicios humanos, y un dramático aumento en el desempleo y en el sufrimiento humano. Las “reformas del FMI” son un eufemismo para el mismo tipo de dolorosos recortes en todo el Tercer Mundo. Como señaló una vez Edward Herman las “reformas” no son la solución, son el problema.

En abril de 2001, el recién elegido primer ministro de Japón, Junichiro Koisumi, fue ampliamente identificado en los medios de EE.UU. como “reformador.” Sus “reformas” de libre mercado incluyeron la privatización del sistema postal de ahorros de Japón. Millones de japoneses tienen sus ahorros de toda la vida en el sistema postal y el “reformador” Koisumi quería que inversionistas privados pudieran aprovechar esos fondos.

“Libre mercado” ha sido desde hace tiempo una etiqueta favorita, evocando imágenes de plenitud económica y democracia. En realidad, las políticas de libre mercado socavan los mercados de los productores locales, suministran subsidios estatales a las corporaciones multinacionales, destruyen los servicios del sector público, y crean mayores brechas entre los pocos ricos y los muchos desamparados.

Otra etiqueta mediática favorita es “línea dura.” Cualquiera que se resiste a las “reformas” de libre mercado, sea en Belarús, Italia, Perú, o Yugoslavia, es clasificado como “partidario de la línea. Un artículo en el New York Times (21/10/97) utilizó once veces “línea dura” y “partidarios de la línea dura” para describir a los dirigentes bosnios serbios que se opusieron a intentos de las fuerzas de la OTAN por clausurar la “estación de radio bosnia serbia.” La estación de radio en cuestión era la única en toda Bosnia que ofrecía una perspectiva crítica de la intervención occidental en Yugoslavia. La clausura violenta de la única voz mediática disidente que quedaba fue descrita por el Times como “un paso para lograr una cobertura noticiosa responsable en Bosnia.” El artículo señaló “la ironía aparente” de utilizar soldados extranjeros para “silenciar transmisiones a fin de alentar la libertad de expresión.” Las tropas de la OTAN que realizaron esa tarea represiva fueron identificadas con la etiqueta positiva de “mantenedoras de la paz.”

No es por accidente que etiquetas como “línea dura” no son nunca objeto de una definición precisa. La eficacia de una etiqueta es que no tiene un contenido específico que pueda ser sometido a una prueba de evidencia. Mejor es que sea autorreferente, propaganda una imagen indefinida pero evocadora.

Conjetura preventiva

Los medios aceptan frecuentemente como hecho consumado la posición misma que debe que ser críticamente examinada. Cada vez que la Casa Blanca propone un aumento en los gastos militares, la discusión en la prensa se limita a ¿cuántos gastos más son necesarios?, ¿cuánta actualización del armamento?; ¿hacemos lo suficiente o tenemos que hacer aún más? No se presta ninguna atención mediática a los que cuestionan ardientemente el inmenso presupuesto armamentista en su totalidad. Se asume que las fuerzas de EE.UU. tienen que ser desplegadas en todo el mundo, y que cientos de miles de millones deben ser gastados en ese sistema militar global.

Lo mismo sucede con la discusión en los medios de la “reforma” de la Seguridad Social, un eufemismo para la privatización y eventual abolición de un programa que funciona bien. Los medios asumen preventivamente la posición muy dudosa que tiene que ser discutida; que el programa corre peligro de insolvencia (dentro de treinta años) y por ello necesita una revisión drástica hoy mismo. La Seguridad Social opera como un servicio humano a tres bandas: aparte de pensiones de jubilación, suministra seguro para sobrevivientes (hasta los 18 años) a niños en familias que han perdido su sostén económico, y ofrece ayuda de minusvalía a personas en edad anterior a la jubilación que han sufrido heridas o enfermedades graves. Pero no se llega a saber eso por la cobertura en la prensa – y la mayoría de los estadounidenses no lo sabe.

Transmisión literal

Muchas etiquetas no son fabricadas por los medios noticiosos sino por el oficialismo. Los dirigentes gubernamentales y corporativos de EE.UU. hablan de “nuestro liderazgo global,” “seguridad nacional,” “libres mercados,” y “globalización” cuando quieren decir “Todo el poder a las transnacionales.” Los medios aceptan sin cuestionar en nada y sumisamente esos puntos de vista oficiales, transmitiéndolos al público más amplio sin ningún comentario discernible sobre el contenido real de la política. La transmisión literal ha caracterizado el comportamiento de la prensa en casi todas las áreas de la política interior y exterior.

Cuando se les cuestiona al respecto, los periodistas responden que no pueden inyectar sus propios puntos de vista personales en sus informaciones. En realidad, nadie les pide que lo hagan. Mi crítica es que ya lo hacen, y que pocas veces se dan cuenta. Sus percepciones ideológicas convencionales coinciden usualmente con las de sus jefes y con el oficialismo en general, convirtiéndolos en proveedores literales de la ortodoxia prevaleciente. La uniformidad del sesgo es percibida como “objetividad.”

La alternativa al cuestionamiento de la transmisión literal es no editorializar sobre las noticias sino cuestionar las afirmaciones hechas por el oficialismo, considerar datos críticos que puedan dar credibilidad a un punto de vista alternativo. Un esfuerzo semejante no es una actividad editorial o ideológica sino empírica e investigadora, aunque no es usualmente tolerada en la prensa capitalista más allá de ciertos parámetros seguramente limitados.

Menosprecio del contenido

Hay que maravillarse de la manera como los medios noticiosos corporativos pueden otorgar tanto énfasis a eventos superficiales, al estilo y al procedimiento, y tan poco a temas sustantivos que están en juego. Un ejemplo manifiesto es como se informa sobre las elecciones. La campaña política es reducida a una carrera de caballos: ¿Quién corrió? ¿Quién será candidato? ¿Quién ganará la elección? Los comentaristas de noticias suenan como críticos de teatro mientras hablan en público sobre cómo este o ese candidato proyectó una imagen positiva, causó efectivamente una buena impresión, y tuvo buen contacto con el público. Otorgan poca atención a los temas reales, y pocas veces se oye algo que vaya más allá de la batahola superficial sobre el diálogo democrático que supuestamente debe acompañar una contienda para un cargo público.

Las informaciones sobre grandes huelgas – en las raras ocasiones en las que la prensa presta atención a las luchas sindicales – ofrecen un menosprecio similar del contenido, mientras se concentran fuertemente en los procedimientos. Se nos habla de cuantos días ha durado la huelga, la inconveniencia y el coste para el público y la economía, y cómo las negociaciones amenazan con romperse. Falta toda referencia a la sustancia del conflicto, a los agravios que impulsan a los trabajadores a recurrir de mala gana a la medida extrema de una huelga, como ser: recortes en salarios y prestaciones, pérdida de antigüedad, problemas de seguridad, o la falta de voluntad de la dirección para negociar un contrato.

Los expertos de los medios hablan a menudo del “cuadro general.” De hecho, su capacidad o disposición para vincular eventos y problemas inmediatos con las relaciones sociales en general es casi inexistente, y sus jefes tampoco tolerarían un análisis más amplio. Prefieren darnos regularmente el cuadro limitado, como manera de menospreciar el contenido y mantenerse dentro de fronteras políticamente seguras. Así, por ejemplo, informan sobre las numerosas manifestaciones contra acuerdos internacionales de libre comercio, comenzando con el NAFTA y GATT, cuando lo hacen, solo como competencias entre los manifestantes y la policía con poca referencia a los temas de soberanía democrática y de poder corporativo irresponsabilizable que motivan a los manifestantes.

Consideremos el modo como presentó la prensa la supresión de votos en Florida durante la campaña presidencial de 2000. Después de un recuento de votos por el Miami Herald y USA Today, que incluyó una visión limitada de lo que podía ser cuestionado, importantes medios en todo el país anunciaron que efectivamente Bush había ganado en Florida. Otras investigaciones indican que de ninguna manera fue así, pero no son publicadas en su mayoría. Además, la presentación en la prensa se ha concentrado casi exclusivamente en problemas relacionados con recuentos cuestionables, con gran discusión de “hoyuelos” y de los “chads” [restos de perforaciones]. Pero después, apenas se expresó una palabra sobre los votos que nunca fueron aceptados, y los miles de personas que fueron privadas de derechos por las artimañas represivas de funcionarios y agentes de policía de Florida. De nuevo, lo que obtuvimos fue el cuadro restringido (seguro): el que no cuestiona la legitimidad del proceso electoral y de las autoridades que lo dirigen.

Falso equilibrio

De acuerdo con los cánones del buen periodismo, se supone que la prensa utilice fuentes de información opuestas para obtener los dos lados de un tema. De hecho, rara vez se confiere la misma prominencia a ambos lados. Un estudio estableció que en NPR [radio pública], supuestamente el más liberal de los medios dominantes, a menudo entrevistan sólo a voceros de la derecha, mientras que los liberales – en las ocasiones menos frecuentes en las que aparecen – son siempre compensados con conservadores. Además, ambos lados de una historia no son usualmente todos los lados. Toda la porción izquierdista-progresista y radical del espectro de la opinión es amputada del cuerpo político visible.

El falso equilibrio fue evidente en un informe de BBC Mundo (11 de diciembre de 1997) que habló de “una historia de violencia entre fuerzas indonesias y guerrillas timoresas” – sin un solo indicio de que las guerrillas estaban luchando por sus vidas contra una fuerza de invasión indonesia que había masacrado a unos 200.000 timoreses. En lugar de hacerlo, se hizo aparecer la invasión genocida de Timor Oriental como un ajuste de cuentas, con “asesinatos por ambos lados.” Al imponer un barniz neutralizador, el anunciador de la BBC introdujo una seria distorsión.

Las guerras apoyadas por EE.UU. en Guatemala y El Salvador durante los años ochenta fueron tratadas a menudo con el mismo tipo de falso equilibrio. Los que quemaban aldeas y aquellos cuyas aldeas eran quemadas fueron presentados como involucrados por igual en un derramamiento de sangre contencioso. Aunque aparentaban ser objetivos y neutrales, en realidad neutralizaban el contenido y al hacerlo lo deformaban drásticamente.

Aversión al seguimiento

Al ser enfrentados con una reacción inesperadamente disidente, los anfitriones de los medios cambian rápidamente de tema, o interrumpen para un comercial, o inyectan un anuncio identificador: “Hablamos con [quien sea].” El propósito es evitar ir más lejos en un tema políticamente prohibido no importa en qué medida pueda parecer que la reacción inesperada necesite una indagación de seguimiento. Una presentadora de BBC Mundo (26 de diciembre de 1997) se entusiasmó al decir: “Navidad en Cuba: ¡Por primera vez en casi cuarenta años, los cubanos pudieron celebrar Navidad e ir a la iglesia!” Luego se conectó con el corresponsal de la BBC en La Habana, quien observó: “Una multitud de dos mil personas se ha reunido en la catedral para la misa de medianoche. Todo el asunto es de bastante poco perfil, muy parecido al del año pasado.” ¿Muy parecido al año pasado? Era algo que clamaba por ser aclarado. En su lugar, la presentadora pasó rápidamente a otra pregunta: “¿Podemos esperar un aumento de la libertad con la visita del papa?”

En un talk show de PBS (22 de enero de 1998), el presentador Charlie Rose preguntó a un invitado, cuyo nombre no registré, si Castro estaba amargado por “el fracaso histórico del comunismo.” No, respondió el invitado, Castro está orgulloso de lo que cree que el comunismo ha hecho por Cuba: adelantos en la atención sanitaria y en la educación, pleno empleo, y la eliminación de los peores aspectos de la pobreza. Rose lo miró con una mirada furiosa, y se volvió hacia otro invitado para preguntar: “¿Qué impacto tendrá la visita del papa en Cuba?” Rose ignoró al invitado descarriado por el resto del programa.

Encuadre

La propaganda más efectiva se basa en el encuadre más que en la falsedad. Al torcer la verdad más que al violarla, utilizando el énfasis y otros aderezos auxiliares, los comunicadores pueden crear una impresión deseada sin recurrir a la propugnación explícita, y sin apartarse demasiado de la apariencia de la objetividad. El encuadre es logrado mediante la forma en la que son empaquetadas las noticias, el monto de exposición, la colocación (primera plana o entierro en el interior, principal o último artículo), el tono de presentación (actitud abierta o despectiva), los titulares y fotografías y, en el caso de los medios audiovisuales, los efectos visuales y auditivos.

Los presentadores son utilizados como aderezos auxiliares. Cultivan un estilo refinado y tratan de transmitir una impresión de distancia que los coloca por sobre lo áspero y turbulento de su tema. Los comentaristas de la televisión y los editorialistas y columnistas de los periódicos afectan un tono sabedor destinado a potenciar la credibilidad, y un aura de certitud, o lo que podría ser llamado “ignorancia fidedigna,” que se expresa en observaciones como “¿Cómo terminará esta situación? Sólo el tiempo lo dirá.” O: “Nadie puede decirlo con seguridad.” Perogrulladas banales son encajadas como verdades incisivas. Los presentadores aprenden a crear frases como “A menos que la huelga sea solucionada pronto, a los dos lados los espera una lucha larga y amarga.” Y “El lanzamiento espacial tendrá lugar tal como ha sido programado si no surgen problemas inesperados.” Y “A menos que el Congreso actúe pronto, no es probable que el proyecto de ley llegue a alguna parte.” Cosas que pasan.

Se informa sobre muchas cosas en las noticias, pero pocas son explicadas. Se dice poco sobre cómo está organizado el orden social y con qué intenciones. En su lugar se nos deja para que percibamos el mundo como lo hacen los expertos de los medios dominantes, como una dispersión de eventos y personajes impulsados por la casualidad, las circunstancias, intensiones confusas, operaciones estropeadas, y la ambición individual – pocas veces por poderosos intereses de clase. La voz pasiva y el tema impersonal son esenciales constructos para este modo de evasión. Por lo tanto leemos o escuchamos que “combates estallaron en la región,” o “mucha gente fue muerta en los disturbios,” o “el hambre aumenta.” Parece que las recesiones simplemente ocurren como algún fenómeno natural (“nuestra economía está en crisis.”), que tiene poco que ver con la constante guerra del capital contra la fuerza laboral y con las contradicciones entre el poder productivo y el poder de ganancia.

Si hemos de creer a los medios, son cosas que pasan. Consideremos: “globalización,” una etiqueta favorita que la prensa presenta como un desarrollo natural e inevitable. De hecho, la globalización es una argucia deliberada de intereses multinacionales para socavar la soberanía nacional en todo el mundo. Los acuerdos internacionales de “libre comercio” establecen consejos internacionales de comercio que no son elegidos por nadie, que no responden ante nadie, que operan en secreto limitaciones por la existencia de conflictos de intereses, y con el poder para invalidar prácticamente todas las leyes laborales, de consumo y del entorno, y todos los servicios públicos y regulaciones en todas las naciones signatarias. Lo que realmente vivimos con GATT, NAFTA, FTAA, GATS y la OMC es la desglobalización, una concentración cada vez mayor de poder político-económico en manos de una clase de inversionistas internacionales, un golpe de estado global que despoja a los pueblos del mundo de cualquier asomo de participación democrática protectora.

En consonancia con el paradigma liberal, los medios nunca preguntan por qué pasan las cosas. Los problemas sociales son asociados pocas veces con las fuerzas político-económicas que los crean. Así que se nos enseña que trunquemos nuestro propio pensamiento crítico. Imaginad si intentáramos algo diferente. Suponed que informemos, como pocas veces se informa, que las condiciones laborales de dura explotación que existen en tantos países tienen generalmente el respaldo de sus respectivas fuerzas militares. Suponed además que crucemos otra línea y señalemos que esas fuerzas militares derechistas cuentan con el pleno apoyo del Estado de seguridad nacional EE.UU. Luego suponed que crucemos la línea más seria de todas y en lugar de sólo deplorar ese hecho preguntemos también por qué sucesivos gobiernos de EE.UU. se han involucrado en tan ingratas actividades en todo el mundo. Suponed que concluyamos que todo el fenómeno es coherente con una dedicación a asegurar el mundo para el capitalismo corporativo de libre mercado, medida según el tipo de países que reciben ayuda y los que son atacados. Es casi seguro que un análisis semejante no sería reproducido en ninguna parte excepto en algunas publicaciones radicales seleccionadas. Cruzamos demasiadas líneas. Porque tratamos de explicar la situación concreta en términos de un conjunto más amplio de relaciones sociales (poder corporativo de clase), nuestra presentación sería rechazada sin más como “marxista” – y por cierto lo es, como es gran parte de la realidad en sí.

En suma, el funcionamiento diario de los medios noticiosos bajo lo que llaman “capitalismo democrático” no es un fracaso sino un hábil éxito evasivo. A menudo escuchamos que la prensa “se equivocó” o “perdió una oportunidad” en esta o aquella historia. De hecho, los medios cumplen con su tarea de un modo extraordinariamente bueno. Los de los medios tienen una incapacidad entrenada para la verdad integral. Su tarea no es informar sino desinformar, no es fomentar el discurso democrático sino diluirlo y silenciarlo. Su tarea es aparentar en todo que se preocupan conscientemente por los eventos del día, diciendo tanto cuando quieren decir tan poco, ofreciendo tantas calorías con tan pocos nutrientes. Si comprendemos eso, pasamos de una queja liberal sobre el funcionamiento descuidado de la prensa a un análisis radical de cómo los medios mantienen el paradigma dominante con tanta habilidad y malas mañas.

http://www.michaelparenti.org/MonopolyMedia.html

Los libros más recientes de Michael Parenti incluyen “Superpatriotism” (City Lights) y “The Assassination of Julius Caesar” (New Press) que ganó el Premio del Libro del Año de 2004 (no-ficción) de Online Review of Books. Su obra más reciente: “The Culture Struggle” fue publicada por Seven Stories Press.

Para más información visite su sitio en la Red: www.michaelparenti.org.


Las respuestas de Zapatero a la entrevista de Público

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19/10/2008

Pascual Serrano / Rebelión

Las respuestas de Zapatero a la entrevista de Público

El diario Público ofreció el domingo 19 de octubre una larga entrevista al presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero. Era la primera que ofrecía desde que el sistema financiero mundial entró en crisis. Zapatero se enfrentó a difíciles y claras preguntas del director, Ignacio Escolar, el responsable de Opinión, Marco Schwartz, y la responsable de economía, Amparo Estrada. Si el presidente calificó la situación de la economía de “difícil”, muchos lectores calificamos sus respuestas de “decepcionantes”. Repasemos algunas de ellas.

Justificó los 30.000 millones de euros públicos destinados al sistema bancario afirmando que, en realidad, los bancos españoles sí son solventes, pero que, a pesar de ello, no se prestan dinero. Es decir que ninguno se fía de la solvencia del resto, pero Zapatero sí. Cuando ya se han decidido esas ayudas públicas -los treinta mil millones anteriores, más otros cien mil más en avales-, es cuando, afirma el presidente que se pondrán a buscar “algún sistema para que podamos tener la garantía de que los bancos establecen préstamos a las empresas”, además mediante una negociación con el PP. También es después de aprobar las ayudas cuando sugiere que hay que “poner límites a todo lo que son incentivos y retribuciones” de los directivos, habló de “regulación” pero no concretó nada, ni estableció cómo se va a intervenir en esa política de cada banco o entidad. Sobre la actitud de las entidades financieras de la UE de operar en paraísos fiscales, se limitó a afirmar que “se pondrá encima de la mesa”.

Reconoció que una intervención del Estado es para atender a los “millones de ciudadanos que tienen sus ahorros en esos bancos y que pueden correr riesgo”, no a los directivos de Wall Street, pero no se planteó nunca las responsabilidades penales de esos directivos cuya intervención origina esos riesgos. Incluso reconoció que algunas empresas estén aprovechando la situación para despedir más de la cuenta, sin plantearse cómo impedirlo.

También habló sobre el auto del juez Baltasar Garzón sobre los crímenes del franquismo, su sentido de la justicia se quedó en que “lo más importante” era el derecho de las familias a “conocer y exhumar los restos de sus familiares”. Mientras sugiere que la iniciativa de Garzón es consecuencia de las bondades de la Ley de Memoria Histórica aprobada por el gobierno, dice que la decisión del fiscal general del Estado, nombrado por el gobierno, de intentar frenar al juez se basa en un “criterio estrictamente jurídico”.

Su argumento para no hacer cambios en la Constitución no puede ser más pobre intelectualmente: “La Constitución tiene 30 años, y a los 30 años normalmente uno suele estar bien”. Preguntado sobre las cuatro reformas constitucionales que planteó cuando llegó a La Moncloa, su respuesta es que están aparcadas porque su “contraparte”, es decir, el PP, “no se siente estimulada”.

Al ser cuestionado sobre la posibilidad de que se quite la Biblia durante las tomas de posesión, su respuesta se basa en que “eso es una tradición que está ahí”. Menos mal que no se basa en el mismo argumento para otras tradiciones del franquismo.

Sobre la Iglesia, destaca que, desde su concepción de la democracia y del socialismo, respeta “que cualquier ciudadano, ejerza un cargo público o no, vaya a misa”. Como si esa fuera la discusión sobre el papel de la Iglesia en España.

Y siguiendo con respuestas evasivas, ante los anuncios de prostitución en la prensa, opta por la “autorregulación”, es decir, por dejar que los medios sigan haciendo lo que les parezca.

Por último, su respuesta a la pregunta sobre la herencia que deja Bush, no podemos evitar una sonrisa: “No voy a opinar, no soy objetivo”. Pues claro que no deberá ser objetivo, para eso le han preguntado su opinión. ¿Fue objetivo en el resto de las respuestas o dio su opinión?

En conclusión, que algunos más que respuestas del presidente español lo que encontramos fueron razones para la preocupación y el bochorno.

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Hermosas mentiras

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13-10-2008

Es tranquilizador leer y escuchar a los medios de comunicación cuando tratan sobre la famosa crisis que ya empieza a ser como Dios: nadie la ha creado, es sólo el efecto de algo que se ignora o que se desea que se ignore; es un fenómeno per se y no per alio, con personalidad jurídica propia, una especie de ente abstracto sin causa, sin principio pero con final feliz. Los medios de comunicación influyentes están todos vinculados de forma directa o indirecta a los bancos, de manera que están cogidos por sus partes bajas y no son absolutamente fiables. Dos de los bancos compradores tienen desde hace tiempo estrechas conexiones mediáticas: Paribas y Santander. No hay peligro para los contribuyentes, las chorizadas de unos y otros (nadie detenido, nadie acusado de nada, al revés, en su casa, millonarios) no pondrán en peligro los ahorros de los ciudadanos de a pie que vivimos la dictadura de unas instituciones opacas y por desgracia ya imprescindibles como son los bancos. En cierta ocasión el director de una sucursal del Deutsche Bank –otra entidad con intereses mediáticos- estaba poniendo verde a los paraísos fiscales. Y cuando le dije que eran ellos quienes orientaban sobre cómo meter el dinero en esos basureros se indignó conmigo. Pobre “pringao”.

Lo de asegurar con 20.000, 50.000 ó 100.000 euros los ahorros de los contribuyentes es una hermosa mentira. Si un banco nos impidiera acceder a nuestro dinero en plan “corralito argentino”, ¿quién nos lo iba a dar, el Estado? Sí, claro, pero, ¿cuándo? ¿Cómo? ¿Acaso no sabemos cómo funcionan las cosas de Palacio? Probablemente en esta ocasión se dieran prisa para que no se produjera una parálisis general pero lo cierto es que estamos en las manos de unos señores que sabemos que mienten como bellacos, lo han demostrado de sobra, y no nos queda más remedio que resignarnos a lo que venga, si bien yo metería debajo de una loseta un fondo de garantía doméstico por si acaso. A los bancos que les pagara la madre que los parió pero para comer que no faltara.

Tenemos que tragarnos hermosas mentiras de todo tipo porque nadie nos va a decir la verdad. Ahora es cuando hacía falta una alternativa de izquierdas auténtica, no los señores de la derecha tradicional ni los mayordomos de la derecha sonriente y cómplice. Pero la izquierda –como fuerza internacional- se ha hundido en sus miserias, chupa del bote del sistema que cuestiona y está a verlas venir. Mi colega el profesor Antonio Checa lo decía hace poco en El Mundo: estamos solos. Los análisis que se hacen de la crisis son siempre superficiales, procedentes de apóstoles del propio sistema, los que dejan hablar los medios del sistema, los que se saben el guión y son conscientes de hasta dónde deben llegar con sus argumentos. Estamos en una dictadura perfecta donde se ha eliminado en la práctica a la disidencia y donde ella misma se ha suicidado cayendo en un complejo de inferioridad absoluto y aplicándose aquello de “para dos días que vamos a vivir, a chupar del bote”.

En el interior de no pocas de esas organizaciones que se llaman de izquierdas –y me refiero ahora a ciertos elementos indeseables de Izquierda Unida, en España- medran unos sinvergüenzas corruptos que no tienen donde caerse muertos y que, por eso mismo, le cortan las alas a cualquiera que se acerque a recordarles que es la honradez, la empatía y la transparencia lo que diferencia a la izquierda de la derecha. Han convertido su ideología y su organización en un puesto de trabajo que esperan sea vitalicio y para ello no dudan en pactar con el diablo mientras quitan de en medio a los militantes más competentes y sabios. Es el triunfo de la mediocridad absoluta, del clientelismo y del servilismo, siguiendo la misma línea que sigue cualquier organización cerrada y sectaria, o sea, siguiendo la línea que hoy impera en nuestra sociedad. Por eso estamos solos frente a los delincuentes de las finanzas cuyas tropelías tratan de tapar sus amigos con el dinero de todos y haciendo la vista gorda a lo que han hecho. Ahora se regulará mejor el sistema financiero por la cuenta que les trae a los mismos dueños de este cotarro, es decir, ellos regulan sus propios atropellos y les dicen a sus colegas lo de: “Oye, macho, te has pasao”, pero nada más, acaso algún cabeza de turco para disimular y ofrecérselo como sacrificio a la plebe con el fin de demostrar que la democracia funciona. En unos años volverá a surgir otra crisis parecida a ésta porque la ambición destructiva y la inmadurez no pueden regularse y en eso se basa el contexto en el que vivimos.

Nadie habla de una nueva ética, de avances profundos y esenciales en el enfoque de la vida en general, de más protagonismo del Estado no sólo para tapar miserias sino para defender la dignidad y la formación cultural y espiritual de sus administrados ante el terrorismo de corbata y de cuello blanco. No hay izquierda porque quienes dicen representarla están metidos en la mierda y no dejan respirar ni hablar a sus disidentes. La Iglesia sigue condenando el dinero ante el cachondeo general. Los ecologistas nada tienen que aportar porque siempre han sido monigotes de unos y otros; el movimiento feminista no dice ni pío, va a sus pamplinas, a sus “miembras”. ¿Qué dicen las mujeres ahora? ¿Dónde está esa diferencia con el varón? El lenguaje de las que tienen poder no se diferencia del de cualquier hombre que las haya subido ahí: cuidan bien de no ofender a su señor pero para este viaje no necesito tanta idiotez feminista. ¿Y los gays y las lesbianas? ¿Qué dicen? ¿Dónde está la alternativa? ¿Dónde está el otro mundo que es posible? ¿Tienen algo que decir o van a ofrecernos como alternativa el día del orgullo gay que consiste en hacer el ridículo por la calle dándose besos en la boca y enseñando músculos y disfraces grotescos?

Cuando se llega a una edad las mentiras se sienten como puñaladas pero se resigna uno ante ellas porque no se le pueden pedir peras al olmo, es decir, no se nos puede exigir que seamos lo que no somos aunque queramos ser lo que no somos en una dinámica mental que no es más que una especie de accidente evolutivo, por ahora. E intenta uno ver la cara positiva de la mentira, su teórica belleza. En el canal de televisión “Somos” –que los progres creen “casposo”, sin saber que de todo se aprende- puedo observar el cine español que nunca vi en su momento. “El padre Pitillo” tocando el violín mientras sus feligreses, emocionados, cantan “Venid y vamos todos con flores María”, o algunas películas de Alberto Closas, son hermosas mentiras también pero su candidez tapa la hipocresía que se encierra en las mentiras que ahora me rodean y que me llegan vestidas de democracia y en su nombre.


La cara antidemocrática del capitalismo, al descubierto

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13-10-2008

Irish Times

El desarrollo de una campaña presidencial norteamericana simultánea al desenlace de la crisis de los mercados financieros ofrece una de esas ocasiones en que los sistemas político y económico revelan vigorosamente su naturaleza.

Puede que la pasión por la campaña no sea una cosa universalmente compartida, pero casi todo el mundo puede percatarse de la ansiedad desatada por la ejecución hipotecaria de un millón de hogares, así como de la preocupación por los riesgos que corren los puestos de trabajo, los ahorros y la asistencia sanitaria.

Las propuestas iniciales de Bush para lidiar con la crisis apestaban a tal punto a totalitarismo, que no tardaron en ser modificadas. Bajo intensa presión de los lobbies, fueron reformuladas "para claro beneficio de las mayores instituciones del sistema… una forma de deshacerse de los activos sin necesidad de fracasar o casi", según describió el asunto James Rickards, quien negoció en su día, por parte del fondo de cobertura de derivados financieros Long Term Capital Managemen, su rescate federat en 1998, recordándonos ahora, de paso, que estamos pisando vía ya trillada. Los orígenes inmediatos del presente desplome están en el colapso de la burbuja inmobiliaria supervisada por el presidente de la Reserva Federal Alan Greenspan, quien sostuvo la cuitada economía de los años de Bush amalgamando el gasto en consumo fundado en deuda con la toma de préstamos del exterior. Pero las raíces son más profundas. En parte, se hallan en el triunfo de la liberalización financiera de los últimos 30 años, es decir, en las políticas consistentes en liberar a los mercados lo más posible de regulación estatal.

Las medidas tomadas a este respecto, como era predecible, incrementaron la frecuencia y la profundidad de los reveses económicos graves, y ahora estamos ante la amenaza de que se desencadene la peor crisis desde la Gran Depresión.

También resultaba predecible que los reducidos sectores que se hicieron con los enormes beneficios dimanantes de la liberalización llamarían a una intervención masiva del estado, a fin de rescatar a las instituciones financieras colapsadas.

Tal intervencionismo es un rasgo característico del capitalismo de estado, aunque la escala actual es inaudita. Un estudio de los investigadores en economía internacional Winfried Ruigrok y Rob van Tulder encontró hace 15 años que, al menos 20 compañías entre las 100 primeras en el ranquin de la revista Fortune, no habrían sobrevivido si no hubieran sido salvadas por sus respectivos gobiernos, y que muchas, entre las 80 restantes, obtuvieron substanciales ganancias por la vía de pedir a los gobiernos que "socializaran sus pérdidas", como hoy en el rescate financiado por el sufrido contribuyente. Tal intervención pública "ha sido la regla, más que la excepción, en los dos últimos siglos", concluían.

En una sociedad democrática que funcionara, una campaña política tendría que abordar estos asuntos fundamentales, mirar a la raíz de las causas y de los remedios, y proponer los medios a través de los cuales el pueblo que sufre las consecuencias pudiera llegar a ejercer un control efectivo.

El mercado financiero "deprecia el riesgo" y es "sistemáticamente ineficiente", como escribieron hace ya una década los economistas John Eatwell y Lance Taylor, alertando de los peligros gravísimos que entrañaba la liberalización financiera y mostrando los costes en que, por su causa, se había ya incurrido. Además, propusieron soluciones que, huelga decirlo, fueron ignoradas. Un factor de peso es la incapacidad para calcular los costes que recaen sobre quienes no participan en las transacciones. Esas "externalidades" pueden ser enormes. La ignorancia del riesgo sistémico lleva a una aceptación de riesgos mayor de la que se daría en una economía eficiente, y eso incluso adoptando los criterios más estrictos.

La tarea de las instituciones financieras es arriesgarse y, si están bien gestionadas, asegurar que las pérdidas potenciales en que ellas mismas puedan incurrir quedarán cubiertas. El énfasis hay que ponerlo en "ellas mismas". Bajo las normas del capitalismo de estado, no es asunto suyo tomar en cuenta los costes que para otros puedan tener –las "externalidades" de una supervivencia decente— unas prácticas que lleven, como suelen, a crisis financieras.

La liberalización financiera tiene efectos mucho más allá de la economía. Hace bastante tiempo que se comprendió que era un arma poderosa contra la democracia. El movimiento libre de los capitales crea lo que algunos han llamado un "parlamento virtual" de inversores y prestamistas que controlan de cerca los programas gubernamentales y "votan" contra ellos, si los consideran "irracionales", es decir, si son en beneficio del pueblo, y no del poder privado concentrado.

Los inversores y los prestamistas pueden "votar" con la fuga de capitales, con ataques a las divisas y con otros instrumentos que les sirve en bandeja la liberalización financiera. Esa es una de las razones por las que el sistema de Bretton Woods, establecido por los EEUU y la Gran Bretaña tras la II Guerra Mundial, instituyó controles de capitales y reguló el mercado de divisas. (1)

La Gran Depresión y la Guerra pusieron en marcha poderosas corrientes democráticas radicales que iban desde la resistencia antifascista hasta las organizaciones de la clase obrera. Esas presiones hicieron necesario que se toleraran políticas sociales democráticas. El sistema de Bretton Woods fue, en parte, concebido para crear un espacio en el que la acción gubernamental pudiera responder a la voluntad pública ciudadana, es decir, para permitir cierto grado de democracia.

John Maynard Keynes, el negociador británico, consideró como el logro más importante de Bretton Woods el de haber establecido el derecho de los gobiernos a restringir los movimientos de capitales.

Por espectacular contraste, en la fase neoliberal que siguió al desplome del sistema de Bretton Woods en los años 70, el Tesoro estadounidense contempla ahora la libre movilidad de los capitales como un "derecho fundamental", a diferencia, ni que decir tiene, de los pretendidos "derechos" garantizados por la Declaración Universal de Derechos Humanos: derecho a la salud, a la educación, al empleo decente, a la seguridad, y otros derechos que las administraciones de Reagan y Bush han displicentemente considerado como "cartas a Santa Claus", "ridículos" o meros "mitos".

En los primeros años, la gente no se hizo mayores problemas con el asunto. Las razones de ello las ha estudiado Barry Eichengreen en su historia, impecablemente académica, del sistema monetario. Allí se explica que, en el siglo XIX, los gobiernos "todavía no estaban politizados por el sufragio universal masculino, el sindicalismo y los partidos obreros parlamentarios". Por consiguiente, los graves costes impuestos por el parlamento virtual podían ser transferidos a la población general.

Pero con la radicalización de la población y de la opinión pública acontecida durante la Gran Depresión y la guerra antifascista, se privó de ese lujo al poder y a la riqueza privados. De aquí que en el sistema de Bretton Woods "los límites a la democracia como fuente de resistencia a las presiones del mercado fueran substituidos por límites a la movilidad del capital".

El obvio corolario es que, tras la desmantelación del sistema de posguerra, la democracia se ha visto restringida. Se ha hecho, por consiguiente, necesario controlar y marginar de algún modo a la población y a la opinión pública, procesos particularmente evidentes en las sociedades más aproadas al mundo de los negocios, como los EEUU. La gestión de las extravagancias electorales por parte de la industria de relaciones públicas constituye una buena ilustración.

"La política es la sombra que la gran empresa proyecta sobre la sociedad", concluyó en su día el más grande filósofo social norteamericano del siglo XX, John Dewey, y así seguirá siendo, mientras el poder resida "en los negocios para beneficio privado a través de un control sobre la banca, sobre el suelo y sobre la industria, un poder que se ve ahora reforzado por el control sobre la prensa, sobre los periodistas y sobre otros medios de publicidad y propaganda".

Los EEUU tienen, en efecto, un sistema de un sólo partido, el partido de los negocios, con dos facciones, republicanos y demócratas. Hay diferencias entre ellos. En su estudio sobre La democracia desigual: la economía política de la nueva Era de la Codicia, Larry Bartels muestra que durante las pasadas seis décadas "los ingresos reales de las familias de clase media crecieron dos veces más rápido bajo los demócratas que bajo los republicanos, mientras que los ingresos reales de las familias pobres de clase trabajadora crecieron seis veces más rápido bajo los demócratas que bajo los republicanos".

Esas diferencias se pueden ver también en estas elecciones. Los votantes deberían tenerlas en cuenta, pero sin hacerse ilusiones sobre los partidos políticos, y reconociendo el patrón regular que, durante los últimos siglos, ha venido revelando que la legislación progresista y el bienestar social siempre han sido conquistas de las luchas populares, nunca regalos de los de arriba.

Esas luchas siguen ciclos de éxitos y retrocesos. Han de librarse cada día, no sólo cada cuatro años, y siempre con la mira puesta en la creación de una sociedad genuinamente democrática, capaz de respuesta dondequiera, en las urnas no menos que en el puesto de trabajo.

NOTA: (1) El sistema de Bretton Woods de gestión financiera global fue creado por 730 delegados procedentes de 44 naciones aliadas en la II Guerra Mundial que acudieron a una Conferencia Monetaria y Financiera organizada por la ONU en el hotel Mont Washington en Bretton Woods, New Hampshire, en 1944. Bretton Woods, que colapsó en 1971, era el sistema de normas, instituciones y procedimientos que regulaban el sistema monetario internacional y bajo cuyos auspicios se creó el Banco Internacional para la Reconstrucción y el Desarrollo (IBRD, por sus siglas en inglés) –ahora una de las cinco instituciones que componen el Grupo del Banco Mundial— y el Fondo Monetario Internacional, que echaron a andar en 1945.El rasgo principal de Bretton Woods era la obligación de todos los países de adoptar una política monetaria que mantuviera dentro de unos valores fijos la tasa de cambio de su moneda. El sistema colapsó, cuando los EEUU suspendieron la convertibilidad al oro del dólar. Eso creó la insólita situación por la que el dólar llegó a convertirse en la "moneda de reserva" para los otros países que estaban en Bretton Woods.

Noam Chomsky , el intelectual vivo más citado y figura emblemática de la resistencia antiimperialista mundial, es profesor emérito de lingüística en el Instituto de Tecnología de Massachussets en Cambridge y autor del libro Imperial Ambitions: Conversations on the Post-9/11 World.

Traducción para www.sinpermiso.info : Casiopea Altisench


Trabajo de investigación de Cubainformación sobre el video “Prostitución infantil en Cuba”

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15-10-2008

Cubainformación

Menores víctimas del tráfico y explotación sexual por estados: España, más de 5.000; México, más de 16.000; Colombia, más de 35.000

Cubainformación se dirigió al canal Telecinco el día 6 de octubre, con la intención de solicitar la emisión de un video de producción propia que desmonta las mentiras y trucos de montaje del reportaje “Prostitución infantil en Cuba”, programado el viernes 3 de octubre de 2008 en el canal del grupo Vocento.

Como era de esperar, Cubainformación trató inútilmente de llevar a cabo lo que habría sido un verdadero ejercicio de libertad de expresión e información: la emisión de dicho material, o un fragmento de él, no ya en el limitado espacio de Internet, sino en televisión, con las mismas posibilidades de audiencia que tuvo el reportaje citado. Pero los oligopolios mediáticos como Telecinco, imponen su implacable censura de guante blanco. Pueden difamar, mentir, manipular y engañar a la gente, sin posibilidad alguna de réplica. A su impunidad absoluta la denominan “libertad de prensa”.

Parte 1. ¿Telecinco contra UNICEF?

Mentiras, exageraciones, trucos de montaje, declaraciones pagadas, morbo, atentado al honor de las personas, sobornos y promoción abierta de la prostitución infantil son algunas de las características del reportaje “Prostitución infantil en Cuba”, reciente ejemplo de telebasura orientado a la obtención de audiencia a cualquier precio y, de paso, a la difamación del sistema político y social vigente en Cuba.

Con grabaciones en cámara oculta en un solo centro escolar de enseñanza secundaria y en una única vivienda de la capital de Cuba, el video pretende hacer creer a la audiencia que el sistema escolar de Cuba se ha convertido en una gran red de prostitución para extranjeros, contando para ello, según este video, con la colaboración del profesorado y la policía, y cuya existencia es ocultada por el gobierno de la Isla.

Mayoría de edad

Empecemos por señalar un detalle importante: en Cuba la mayoría de edad y el derecho al voto se obtienen a los 16 años, edad a partir de la cual se pueden tener relaciones sexuales consentidas. Por el color de sus uniformes, la mayoría de las jóvenes que aparecen en el video tienen al menos 16 años (1). Aunque fuera cierta la situación que pretende reflejar el reportaje y no un completo invento pagado con dólares, estaríamos ante un caso de prostitución de mujeres jóvenes, pero no de prostitución infantil.

Mientras, en la cabecera y en los créditos finales, aparecen las fotografías de niños y niñas de menor edad, muchos claramente de otros países, y que no corresponden en absoluto con el reportaje.

Exageración y extrapolación

Aunque el video no presenta prueba alguna y pretende engañar a la audiencia empleando básicos trucos de montaje que describiremos más adelante, las situaciones narradas, sean reales o no, no son ajenas a la realidad de ningun país en el mundo, mucho menos de países de América Latina.

Lo escandaloso es la utilización de hechos concretos y no probados para extrapolarlos a la realidad completa de todo un país. La simplificación y exageración es insultante: la mayoría de las jóvenes cubanas, según el video, ejercen o pueden ejercer la prostitución por muy poco dinero. Subproductos televisivos como éste ayudan a reforzar los estereotipos creados sobre las mujeres cubanas, y que son repetidos con total impunidad por tertulianos y demás personajes del negocio mediático.

Informes de UNICEF y UNESCO

Los casos probados de prostitución infantil en Cuba son escasos y duramente castigados. La situación de la infancia en Cuba contrasta con la dura realidad de otros países del Tercer Mundo, algunos de su entorno más cercano. La verdadera intención de este video es deslegitimar uno de los grandes logros obtenidos por Cuba, el de la protección de la infancia. Torpe intento que choca con todos los informes elaborados por organismos internacionales como UNICEF o UNESCO, que sitúan a Cuba como el país de América Latina con mejores indicadores en este terreno (2).

Morbo, moralina y promoción de la pederastia

Pero lo más grave es la utilización indecente del morbo y la fantasía sexual para captar audiencias. Un supuesto periodista que aparece, de manera cobarde, con el rostro tapado y la voz trucada, se recrea en todo tipo de preguntas y comentarios morbosos, propios de su mente retorcida y calenturienta: “Cuando estás frente al colegio lo ves. Ves y sientes que las niñas se te están ofreciendo”.

Comentarios de este tipo, claro está, son aderezados con una elevada dosis de moralina y de un supuesto fin de denuncia social del reportaje: “El muchacho nos había contado cómo en Cuba un cualquiera, un don nadie con más dinero que vergüenza, puede comprar un cuerpo de niña envuelto en un uniforme de escuela. No sabes si darle dos guantazos. En ese caso debíamos seguir para adelante, porque el reportaje había que grabarlo”.

Es necesario denunciar que este montaje periodístico está emitiendo un peligroso mensaje de llamada para todo tipo de degenerados y pederastas. Este hecho, como los delitos de los que se jactan cometer ante las cámaras, como el pago ilegal a funcionarios públicos, serían motivos para abrir causa penal a Telecinco en el Estado español. Pero la impunidad de sus autores, que ni siquiera se atreven a firmar este repugnante producto, y lejos de la justicia cubana, es total.

Parte 2. La declaración"prohibida" que está en miles de escuelas de Cuba

El video “Prostitución infantil en Cuba” está realizado por la productora Mandarina, con sede en Madrid, y especializada en todo tipo de productos de telebasura, como los conocidos programas del corazón “Está pasando” o “Dolce Vita”.

Elementos clásicos en los montajes del corazón En consonancia con este género, el reportaje incluye infinidad de elementos de la manipulación más grosera, clásicos en los montajes televisivos con los que esta empresa, Mandarina, y el canal Telecinco, cautivan audiencias ávidas de morbo: · La superposición de voces de entrevistas que simulan haber sido grabadas en otro lugar. · El tapado de rostros de las personas protagonistas, que invalidan cualquier supuesta “prueba” periodística y hacen sospechar de un completo montaje a cambio de dinero. · La repetición una y otra vez de las mismas imágenes como sustituto de la escasez de material rodado. · El rídiculo empleo de músicas de película de misterio para crear suspense. · La recreación de escenas de sexo con imágenes de archivo o grabadas posteriormente fuera de Cuba. · O el manido recurso de imágenes en movimiento para simular inexistentes situaciones de peligro para los reporteros.

El tono de subjetividad, la falta de rigor periodístico es total: “El mayor proxeneta de la ciudad es solo un crío, tiene 16 años. (...) Cuando salimos de aquel colegio teníamos la terrible sensación de que cada niña, cada adolescente, podría venderse si un chulo como Marcos la comprara con unos cuantos sueños”.

De ahí que el guionista hable finalmente por el entrevistado, sacando delirantes conclusiones acordes con sus intenciones preconcebidas: “Cuba –según él- se ha convertido en el mayor paraíso del mundo para los pederastas”.

En otras ocasiones, se manipulan burdamente las palabras. Un supuesto profesor utiliza la expresión cubana “está en llamas”, que significa que la situación está grave o problemática. El rótulo del video refleja sus palabras, sin embargo, en plural, “están en llamas”, relacionando la expresión con las supuestas apetencias sexuales de las jóvenes.

De igual manera, y aunque no es posible demostrarlo sin acceder a las grabaciones originales en poder de los autores, estamos convencidos de que se utiliza al menos en dos ocasiones una de las típicas trampas televisivas: la sustitución de las preguntas originales el entrevistador, al que no se le ve la cara, por otras que concuerdan mejor con el fin del reportaje.

Inventos increíbles

Este producto basura incluye inventos tan increíbles como éste: “En Cuba la Declaración de los Derechos del Niño puede ser considerada como propaganda subversiva, y tenerla en tu poder puede llevarte directamente a la cárcel”.

Cuba fue uno de los primeros países del mundo en aprobar la Convención Internacional de los Derechos del Niño y la Niña de 1989, que se hizo efectiva el 26 de enero de 1990 y se ratificó el 21 de agosto de 1991. Hoy, en las paredes de miles de aulas de enseñanza primaria de toda la Isla está expuesta dicha declaración, como lo comprueban imágenes recogidas por Cubainformación en varias escuelas de San Miguel del Padrón, municipio de la periferia de La Habana. Habrá que recordar a Telecinco que solo hay dos estados en el mundo que no han firmado dicha convención: Somalia y Estados Unidos.

Violación de derechos al honor y a la intimidad

La impunidad de Telecinco es total a la hora de atentar contra el derecho al honor y la intimidad de las personas, básicamente de mujeres cubanas.

En una imagen, dos mujeres hacen “botella” (autostop), una práctica muy habitual en el malecón de La Habana. El narrador las señalada de manera gratuita y con total descaro como prostitutas.

La imagen de una niña de no más de 10 años, sin el rostro tapado, que se encuentra comiendo en la puerta de una casa, es relacionada tramposamente con la explotación infantil. Su imagen viene acompañada, además, de un rotulo que indica “Malecón de noche”, cuando está grabada de día y puede corresponder a cualquier lugar de Cuba o de otro país.

La imagen de unos jóvenes que disfrutan de la música en el malecón de La Habana y cuyos rostros son reconocibles, también es utilizada para hablar de la prostitución. El malecón de La Habana, un lugar de esparcimiento y diversión para cientos de personas de toda edad y condición, es descrito de la siguiente manera por la mente ignorante, retorcida y colonialista del guionista del programa: “Son casi 5.000 metros de prostíbulo los que aguanta el malecón entre sus piernas. Y lo hace por muy poco dinero.”

Una persona que es utilizada en el video para tratar de vincular el malecón habanero con la prostitución, en realidad se llama Ahmed, es transexual e interviene en el documental “Dos Patrias, Cuba y la noche”, cuyo director, el alemán Christian Liffers, ha denunciado el robo de esas imágenes por Telecinco (3). You Tube y otras plataformas han retirado el video por tal motivo.

Por supuesto, los autores saben que gozan de total impunidad para mentir. Ninguna de las personas grabadas tiene posibilidad de denunciarles en los tribunales.

Contradicciones

El tono de fantasía y exageración constante de todo el video hace incurrir a sus autores en flagrantes contradicciones. En un momento, afirman que han entrevistado a 15 jóvenes cubanas en una casa de la capital cubana. Pero el periodista enmascarado, unos segundos más tarde, no puede perder ocasión de exagerar y hablar de “una cantidad innumerable de muchachitas”. Para finalmente, en otro momento del reportaje, referirse el narrador a sólo 4 muchachas: “Teníamos grabado el testimonio de 4 niñas capaz de complicar gravemente nuestra salida de aquella isla”.

Desconocimiento de la realidad

El desconocimiento completo de la realidad del país caribeño hace incurrir a los autores en errores esperpénticos. En otra secuencia, un joven utiliza una expresión cubana muy popular, “Hola. ¿Qué bolá?”, que significa más o menos “Hola. ¿Qué tal está la cosa?” Los autores, sin embargo, subtitulan “Hola Dora”.

Títulos de crédito

Los créditos finales del reportaje son el colofón a este ejemplo de caradura monumental. Los autores no solamente ocultan sus nombres para sortear cualquier exigencia de responsabilidades judiciales, sino que bajo sus iniciales incluyen fotografías de niñas y niños, ninguno de los cuales es cubano.

Parte 3. Todos los ingredientes para la venta... en Miami

El video “Prostitución infantil en Cuba” presenta a Cuba como un infierno. Su demonio: Fidel Castro y, por extensión, el sistema revolucionario vigente en la Isla. Un elemento imprescindible para la comercialización de este producto de televisión basura en el suculento mercado de los canales de Miami.

Siguiendo el patrón habitual de los grandes medios, cualquier carencia o problemática social en Cuba, real o inventada, es asociada a la responsabilidad del gobierno. Son muchos los trabajos televisivos que abordan problemáticas sociales, incluida la de la prostitución infantil, en países cercanos a Cuba. Pero el tratamiento informativo es bien distinto: ni el sistema económico ni el gobierno de dichos países son mencionados (4). La dictadura mediática impone sus ángeles y sus demonios.

Demonización de Fidel Castro

La demonización y ridiculización de Fidel Castro es constante a lo largo del video. Para ello, los autores emplean artimañas como la siguiente. El narrador afirma: “Él (Fidel Castro), como hace 50 años, con el orgullo anclado en su uniforme y la conciencia ensuciando sus galones, levanta el dedo con fuerza en cada uno de sus discursos para decir que imágenes como éstas, ayer, hoy y siempre, mienten”.

Después, se inserta un fragmento del discurso de Fidel Castro del 26 de julio de 2004. Recortadas y unidas palabras de diferentes momentos de este discurso, parece que el expresidente cubano niega la existencia de casos de prostitución en la Isla.

Sin embargo, cuando accedemos por Internet al discurso completo y leemos las palabras previas a la frase audible -Fidel afirma que “ninguna de las actividades mencionadas tiene lugar en Cuba”- nos damos cuenta de la trampa (5). El contexto en que se enmarca el discurso es la campaña contra el turismo a Cuba por parte del gobierno de EEUU que, curiosamente, en la misma línea de este reportaje, identifica todo el turismo a la Isla como turismo sexual. ¿Qué actividades menciona por tanto Fidel como no existentes en Cuba? Leamos su palabras originales: “¿Cómo calificaría el señor Bush a los millones de turistas que visitan Estados Unidos, donde abundan casinos, centros de prostitución masculina y femenina y otras actividades relacionadas con la pornografía y el sexo, ninguna de las cuales existen en Cuba? ¿Cómo calificaría a los millones de europeos que visitan España cada año, donde en su prensa se publicitan a las personas que practican el antiguo oficio de la prostitución? ¿Calificaría Bush las industrias turísticas norteamericana y española de turismo sexual?”

Fidel Castro, por tanto, no está negando la existencia de prostitución en Cuba, sino señalando que no existen casinos, redes de locales de prostitución o anuncios en prensa. Y recuerda una vez más la hipocresía y la doble moral de los medios de comunicación que, como Telecinco, reciben ingresos del negocio de la prostitución a través de anuncios en prensa o en teletexto.

Desde comienzos de los años 90, el ex presidente cubano ha abordado en numerosos discursos el fenómeno de la prostitución y la explotación sexual de mujeres. El 5 de enero de 1999 afirmaba públicamente, al referirse al proxenetismo, lo siguiente: "Este fenómeno delictivo, que afecta fundamentalmente a los polos turísticos del país, mantiene una tendencia creciente. Se aprecian algunos niveles de organización y de vínculos con otras tipicidades delictivas graves, tales como la droga, el contrabando, la corrupción de menores y el delito contra extranjeros” (6).

¿Quién oculta, por tanto? ¿Quién miente?

Pobreza y represión

Imágenes constantes de policías, de escolares que parecen realizar una marcha militar o de personas revolviendo contenedores de basura, nos trata de dibujar la caricatura de una Cuba mezcla de pobreza y opresión. Una música de misterio y los comentarios delirantes del narrador convierten las imágenes de policías inactivos, tan normales como las que pudieran grabarse en cualquier país del mundo, en pruebas de la “represión del régimen cubano”.

El extremo del delirio llega cuando el periodista enmascarado nos descubre el papel de espías asignado por el gobierno a las señoras de la limpieza: “desde la señora de la limpieza hasta el conserje de turno... son espías”.

Una escena de un supuesto soborno a un policía en La Habana tiene claros indicios de ser un completo montaje. El video hace creer que la persona entrega un billete al agente, pero al congelar la imagen, de pésima calidad, más bien parece que está entregando su documentación. La narración construye posteriormente su personal historia de cine negro: “No hubo preguntas, no hubo registros, nada, solo un soborno, solo 100 dólares”.

Un montaje dramatizado realizado por un actor fuera de Cuba simula, además, una llamada a la policía local, en la que tampoco se prueba nada.

Periodistas “independientes”

Mientras en el mundo la información es monopolizada por un pequeño grupo de empresas como Telecinco, el video acusa al sistema de prensa de Cuba con mentiras tan absurdas como ésta: “Cuba es el país del mundo con más periodistas encarcelados”.

Los que el video califica como “periodistas”, personas que fueron detenidas en 2003, ni eran periodistas ni fueron condenadas por ejercer dicha profesión. A todas se les probó la recepción de fondos del gobierno de EEUU y su colaboración con su política de bloqueo al país. En todos los países del mundo, colaborar con una potencia extranjera que impone la guerra económica y todo tipo de medidas de fuerza, es un delito. En Estados Unidos, el párrafo 951 del Código Penal impone hasta 10 años de cárcel a quien actúe como agente de un gobierno extranjero (7). El párrafo 2385 prevé una pena de veinte años para quien preconice el derrocamiento del gobierno o del orden establecido. Y el párrafo 953 pena con 3 años a quien mantenga relación con un gobierno extranjero, con la intención de influir en un conflicto o controversia con EEUU. Hay que recordar que las personas detenidas en Cuba que menciona el reportaje trabajaban y se reunían en la sede diplomática estadounidense en La Habana. Si las leyes cubanas fueran la mitad de duras que las de EEUU, la inmensa mayoría de los que los grandes medios han bautizado como “disidentes” se encontraría entre rejas.

Para hablar sobre dichas detenciones, además, Telecinco emplea imágenes de archivo, que no corresponden en absoluto a los hechos ni a detención de personas.

Acusaciones sin pruebas

Las acusaciones sin prueba alguna contra el gobierno cubano son constantes: “Persecuciones, encarcelamientos, torturas...”

Nadie ha podido probar un solo caso de tortura en Cuba en los últimos años, salvo en un lugar donde ésta se practica en todas sus formas: la Base Naval de Guantánamo, territorio ocupado en territorio cubano de forma ilegal por Estados Unidos.

Atmósfera de terror

Para aumentar el tono de relato de terror, el periodista enmascarado llega a afirmar lo siguiente: “Si realmente nos coge la policía, nos detiene y requisa el material, viéndolo... no creo que salgamos de la Isla nunca más”.

Desconocemos si a quien afirma esto se le impondría tan larga pena en los tribunales de de Cuba. Pero, en justicia, debería responder por varios presuntos delitos, como el reclutamiento de escolares para la prostitución, y el soborno profesores y policías.

Lo que Telecinco silencia sobre la prensa en el mundo

Peter Phillips, director del Proyecto “Censurado”, una organización estadounidense que investiga los medios de comunicación, recordaba en 2007 que, mientras "Cuba permite que la CNN y otros medios mantener oficinas en la Isla, EEUU impide a periodistas cubanos trabajar en su territorio" (8). Es el reciente caso de los corresponsales de Prensa Latina, a los que en septiembre de 2008 se les negó la visa para viajar a Nueva York e informar sobre los plenos de Naciones Unidas (9).

Nada de esto es reflejado por Telecinco, ni en éste ni en ningún otro espacio. Postura coherente, sin duda, con la inclusión propagandística, al comienzo del reportaje, de palabras de George Bush sobre Cuba: “En Cuba las leyes del cruel dictador están cerca del final”.

Como tampoco existen para Telecinco los más de 1000 periodistas asesinados en América Latina en los últimos 30 años, principalmente en países tan democráticos como México y Colombia (10). El último periodista asesinado en Cuba, Carlos Bastidas, lo fue hace 50 años (11). De su brutal asesinato no se publicó una sola línea en la prensa cubana de la época, donde existían numerosos medios de comunicación privados. Los tiempos y los métodos cambian. No así el ejercicio de la manipulación y la censura por parte de los grandes medios como Telecinco.


Destapando al Cuarto Poder

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11-10-2008

El director Christian Liffers denuncia el plagio y la manipulación del programa “Prostitución infantil en Cuba”
Tele 5 presentó como prostituta en un documental sobre Cuba a un travestí en imágenes tomadas sin autorización de una película premiada en Madrid

El realizador Christian Liffers ha denunciado el uso de escenas y fragmentos de su documental “Dos Patrias, Cuba y la noche” (Alemania 2007) en el documental “Prostitución infantil en Cuba” emitido por Tele5 sin su autorización. Liffers ha logrado impedir la divulgación de “Prostitución infantil en Cuba” en varias plataformas de vídeo en internet a través de una notificación de infracción de copyright.

El documental “Prostitución infantil en Cuba” intenta presentarnos la existencia de redes de profesores y policías que explotan a niñas que alternan con turistas. Todas las escenas ocultan el rostro de los interlocutores, excepto unas imágenes del Malecón de la Habana en la que muestran una mujer mientras una voz en "off" afirma que el “Malecón es un prostíbulo de más de 5.000 metros, y además un prostíbulo muy barato”. La supuesta prostituta no solamente no lo se dedica a esa actividad, sino que ni siquiera es una mujer. Se trata de un travesti, Ahmed, y las imágenes procedente del documental “Dos Patrias, Cuba y la noche” en el que se narra la vida de este transexual y otros homosexuales en Cuba, quienes no tienen ninguna relación con la prostitución. Su director Christian Liffers ha accedido a ser entrevistado sobre este tema.

“Prostitución infantil en Cuba”, es un documental producido por Producciones Mandarina S.L., una productora creada por Santiago Botello, ex director de programas de Atlas y creador de programas tan poco fiables como “Aquí hay tomate”, “El Informal”, “TNT” o "Hormigas Blancas". Anteriormente este productor realizó un documental, también con cámara oculta, para demostrar el tráfico de drogas en Cuba. Salvo una pelea de gallos todas las grabaciones fueron en interiores, sin ser capaz de demostrar dónde o con quién estaban grabando. En otra ocasión grabó un programa con el único propósito para demostrar que en La Habana Vieja había cámaras en la calle (como en las calles más transitadas de las principales ciudades del primer mundo). Ha sido socio de Delfín Fernández, autoproclamado ex-guardaespaldas de Fidel Castro. Delfín sí que fue guardaespaldas del futbolista David Beckham y tramó el escándalo con su ex empleada Rebeca Loos para venderlo a los medios de comunicación interesados en este tipo de cotilleos.

Usted ha denunciado que el documental de Tele5 ha utilizado imágenes de su película "Dos patrias, Cuba y la noche", ¿a qué imágenes se refiere?

Son diferentes escenas y fragmentos de mi película, aparecen al principio y al final de este programa de TV. La mayoría de las escenas plagiadas son del malecón por la noche. Es la parte final del mi documental. También han utilizado la imagen del titulo.

¿Son imágenes de ficción? ¿Es decir los protagonistas de esas imágenes están actuando?

Mi película no es ficción, es un documental en los que los protagonistas explican su vida en Cuba. En toda mi obra, sólo dos transformistas cantan junto con unos músicos frente a la cámara.

En el documental uno de sus personajes es Ahmed, un transexual de 23 años, ¿nos podrías contar un poco sobre ella?

Le he llamado ayer, le tuve que contar este historia, que aparecía en un programa referido a la prostitución infantil en Cuba y que de las imágenes del documental podrían los espectadores llevarse una idea equivocada respecto a el/ella. Para el/ella es un horror.

¿Tele5 te pidió autorización para utilizar imágenes del documental?

No.

¿Cómo supo que se habían utilizado sin permiso partes de su documental?

Un amigo me llamó desde Madrid y me lo contó el lunes pasado. En Madrid mi filme participó en un festival en noviembre 2007 y ganó el premio del público al mejor documental.

¿Ha hecho llegar a los productores del documental o a la cadena Tele5 sus quejas? ¿Piensas ejercer acciones legales contra los autores del documental?

Mis abogados se han puesto en contacto con la cadena de televisión y la decisión queda en sus manos.

¿Solicitó usted la retirada de YouTube del documental por violar tus derechos de autor?

Si

¿Cree que en el resto del documental puede haber imágenes apropiadas por los productores?

No lo podría decir, no lo he visto.

Respecto a su documental "Dos patrias, Cuba y la noche" ¿Nos puedes contar como se gestó la realización de este documental? ¿Quién produjo la película?

Yo he sido el director, productor y guionista. "Dos Patrias" es una producción enteramente alemana rodada en Cuba de forma independiente. Para más detalles sobre el documental “Dos Patrias, Cuba y la Noche” se puede consultar la página web www.DosPatrias.com


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EEUU, Venezuela, El País y las lesiones de derechos fundamentales

⊆ 5:24 by El Observador de medios | ˜ 0 comentarios »

01-10-2008

Daniel Torregrosa Martín
Rebelión

Nada nuevo bajo el sol. Así podríamos titular este artículo que escribo a raíz de un reportaje de David Alandete publicado en El País, en su versión digital, el 24 de septiembre de 2008. En este reportaje se pone de manifiesto la lesión sistemática de derechos que se llevan a cabo en los aeropuertos estadounidenses: te pueden leer todos tus e-mails, tus cuadernos, registrarte los portátiles, aunque no seas sospechoso de tener intenciones de cometer un delito.

Esto es algo que todos sabemos por testimonio de amigos o allegados que han viajado a los Estados Unidos. Sin embargo me he preguntado: ¿Y si Venezuela sacara una ley en la que, entre la seguridad y los derechos fundamentales, prevaleciera la seguridad? Me puse a buscar en la hemeroteca. El resultado fue el siguiente: EEUU, dentro del atropello que significa su legislación antiterrorista, dictó esta normativa que permite estos registros en los dispositivos, electrónicos o no, que puedan almacenar información y, por otro lado, Venezuela dictó la Ley de Inteligencia y Contrainteligencia, que, por ejemplo, obligaba bajo pena de sanción a colaborar con las fuerzas de seguridad y agentes de inteligencia.

Está claro que en ambos casos la colisión entre seguridad y derechos fundamentales ha terminado por inclinar la balanza hacia el lado de la seguridad.

¿Cómo se trató desde "El País" la emisión de ambas normativas?

EEUU: Por ejemplo, el 2 de agosto pudimos leer en la versión digital una noticia sobre esa normativa (quizá con algo de retraso, pues ésta fue dictada el 16 de Julio) que, en resumidas cuentas, viene a decir que se ha producido una colisión de derechos y que tendrá que ser el Tribunal Supremo quien diga si es constitucional o no esa regulación. En varias ocasiones se intenta quitar gravedad a la medida: "Aunque no es previsible que los agentes de frontera hagan revisiones constantes, podrían hacerlo." Parece que la iniciativa, claramente lesiva para los derechos fundamentales, goza del beneficio de la duda. Y, haciendo gala de una ética profesional excepcional solo vigente en las noticias negativas referentes a Estados Unidos, no se especula sobre la constitucionalidad de esta normativa porque "Habrá que esperar, no obstante, a que esta cuestión llegue al Tribunal Supremo para que dilucide si esta cuestionable regulación es o no constitucional."

Nótese el uso del "no obstante" en ésta última frase. Esta locución se explica porque en los párrafos anteriores se nos habla sobre varios casos en los que los jueces respaldaron la posición del Gobierno de forma un tanto inexplicable y con argumentos un tanto ridículos. (Espero que Human Right Watch apunte esto y analice el grado de independencia de los jueces norteamericanos en los casos de derechos fundamentales).

VENEZUELA: El tono de la información cambia radicalmente cuando se trata de Venezuela, siendo a priori el mismo caso: una ley que ante el conflicto entre seguridad y derechos fundamentales, se ha decantado por la salvaguarda de la seguridad menoscabando los derechos fundamentales. Para comenzar, el título es bien distinto:"La Ley Patriota de Chávez". Vemos como durante toda la noticia, además de en el título, aparece el nombre de Hugo Chávez, personalizando la actuación, mientras que en las 2 noticias que hemos comentado sobre EEUU no se ha nombrado el nombre de G.W. Bush para nada. Es decir, se intenta dar la sensación de que Venezuela es un gobierno unipersonal, no democrático: si es en Venezuela, es Chávez el que dicta una "ley patriota" y si es en EEUU es el Senado el que dicta una "polémica normativa". La diferencia salta a la vista.

La noticia solo recoge aportaciones de los "críticos". No recoge ninguna explicación de fuentas oficiales ni de organismos del Estado. Por tanto, parece que se toman como verdad única esas opiniones. Por supuesto, podemos leer durante toda la noticia las palabras "atentado a las libertades", "monumento a la inconstitucionalidad", "presunción de inocencia", etc. Es importante apuntar que aquí ya no se hace uso de la ética periodística y se declara inconstitucional por parte del propio medio, sin esperar a que lo haga el Tribunal Supremo (recordemos que en el caso anterior se esperaba la resolución de dicho organismo).

Además, se dice que esta normativa se podría usar contra la oposición, para "silenciarla", para el control de jueces; sin embargo, aquí no se recurre a la fórmula utilizada en el caso de Estados Unidos: parece impensable leer "Aunque no es previsible que Chávez utilice esta legislación para silenciar a la oposición, podría hacerlo". En este caso, pues, no se goza del beneficio de la duda. ¿Por qué no han dado el listado de posibles uso que Bush puede dar a su normativa? ¿Por qué por el hecho de ser Chávez ya no tiene derecho al mismo beneficio de la duda?

¿Cómo se tratan ambas regulaciones una vez pasado el tiempo desde El País?

Parece lógico que, aun teniendo en cuenta la manipulación de El País, se realice una información más positiva de aquel gobierno que haya eliminado esa lesión de derechos. Pues, señoras y señores, ahora vemos que el sentido común es el menos común de los sentidos: para ellos es al revés.

EEUU: En Septiembre hemos podido ver el reportaje que precisamente me movió a escribir estas líneas y del que hablé más arriba. Se dice, con tono de casi asombro, que se ha utilizado más arbitrariamente de lo que se pensaba esta normativa, es decir, que se han lesionado los derechos de muchos ciudadanos que no tenían que haber sufrido esa violación de la intimidad. Sin embargo, se vuelve a intentar explicar esa mayor carga de arbitrariedad, justificando el beneficio de la duda concedido a tal normativa: "Lo que el Gobierno no reveló entonces es que ha revocado una medida de 1986 según la cual, para que se pudiera copiar la información personal de un viajero, los agentes debían tener sospechas razonables de que la persona en cuestión podía tener un historial delictivo o la intención de participar en un atentado terrorista."

Sin embargo, no es así. Desde un principio se sabía que iban a poder registrar a cualquiera, aunque no fuera sospechoso, tal y como dice el otro artículo que aquí hemos citado: "No necesitan alegar que tienen sospechas fundadas de que ese ciudadano haya cometido algún delito para requisar los dispositivos el tiempo que consideren necesario, según una normativa interna del Departamento de Seguridad Interior emitida el pasado 16 de julio."

Ese artículo fue escrito 1 mes antes que el artículo que asegura que el Gobierno no reveló tal característica de la normativa. Entonces, queda como evolución de la normativa, que ha terminado siendo más lesiva de lo que en un principio podía ser (según la opinión de El País).

VENEZUELA: A los pocos días de la publicación del artículo que hemos comentado antes en el apartado de Venezuela, Hugo Chávez, oyendo las críticas y reflexionando al respecto, decidió derogar la Ley, aceptando que había preceptos que eran inconstitucionales e incluso poniendo de ejemplo su época de prisionero, afirmando que nunca jamás hubiera delatado a nadie y que entendía que ese era un derecho que tenían los individuos.

Sin embargo, El País, lejos de reconocer esta loable decisión, busca desesperadamente alguna forma para convertir en negativa esa decisión. Así, podemos leer un día antes de la derogación oficial una noticia donde inexplicablemente se unen dos informaciones que no tienen nada que ver: la rectificación de Chávez y la captura en la frontera con Colombia de un miembro de la Guardia Nacional de Venezuela que portaba armas para venderselas a las FARC. Está claro que El País sigue empeñado en que los lectores relacionen Hugo Chávez y FARC.

Además, como quien no quiere la cosa, se deja caer un leve comentario que parece tachar al gobierno venezolano de caer en contradicciones o cambiar de parecer con facilidad como signo de poca solidez de sus inciativas: "La revisión de esta ley es la tercera rectificación que realiza el Gobierno en menos de dos semanas. Previamente corrigió una norma sobre el uso de imágenes de la televisión estatal por parte de las emisoras privadas. También anuló un decreto de reducción de tarifas de autobús que ocasionó el pasado jueves una huelga parcial de transporte colectivo."

La evolución de la normativa aquí es bien distinta: ésta fue derogada por el propio gobierno venezolano.

CONCLUSIÓN

Para El País, si Venezuela lesiona un derecho fundamental al acometer una regulación legislativa, es un atentado a las libertades, una ley inconstitucional sin esperar a la pronunciación del Tribunal Supremo. Si lo hace EEUU, estaremos ante una polémica decisión que tendrá que ser resuelta por el Tribunal Supremo.

Para El País, si Venezuela, que ha dictado una ley lesiva con los derechos, rectifica, debe ser criticado aunque sea sin sentido y además debe ser tachado de gobierno incoherente. Si EEUU no rectifica y resulta la actuación efectiva más lesiva de lo que parecía ex ante, se intenta explicar que razones han provocado que sea más lesiva de lo estimado, justificando el error de apreciación que se cometió cuando se informo de la aprobación de la ley.

Como vemos, podemos decirle a los estudiantes de periodismo que lean El País, y así sabrán como no hay que informar. O mejor dicho, los magnates de los medios de comunicación enseñarán a los nuevos periodistas a desinformar, recomendándole la lectura de El País.